miércoles, 31 de marzo de 2010

Apología por la Ausencia

He intentado regresar a las letras;
al parecer se han escondido de mi,
esquivas y distantes me ven
voltean sus rostros como si nada;
Les he fallado y lo siento
les ruego que me dejen volver.

Tengo que invocarlas una a una, recordarles aquellas noches,
esas en las que fueron cómplices de cada uno de mis sentimientos;
cuando me ayudaron a sobrellevar los tormentos propios de la cotidianeidad.

Sé que las use con desprecio, las convertí en trabajo, las llegué a aborrecer
las llamé, sin pensarlo tanto, aburridas y vacías, sumergíendolas en el mar de mis desprecios
Olvidando que lo que hacían era reflejar el valor que en mi arrogancia les di
escribí cartas, contratos y demandas llene espacios de formularios en blanco
Sin pensar en cada una las utilicé, solo para ahorrar tiempo, por un poco de dinero;
Las prostituí, deje de saborear ese proceso cuando desfilaban y se acercaban a mi;
Como invitándome a elegir el espacio perfecto donde encajarían en una frase;
Me propongo enamorarlas a todas, poco a poco las iré seduciendo,
esperando que con el tiempo consiga recuperar su favor.

jueves, 20 de agosto de 2009

Desde la cima de la montaña, puedo observar lo que esta por venir:
siento la responsabilidad crecer como una ola inmensa,
en la que se revuelve el mundo al que estaba tan acostumbrado;
se levanta procurando intimidar, amenaza con arrastrarme,
como queriendo llevarme lejos de la persona que siempre he querido ser.


He decidido ahogar los miedos y lanzarme contra el mar;
sin pensar en los "what if" que se disfrazan de realidades;
No voy a esperar que los planetas decidan alinearse,
ni que una suma de coincidencias determinen mi porvenir;

Los faros que admire en mi infancia han caido uno a uno,
ni tengo ni busco heroés que me digan por donde ir;
no quiero hundirme con ellos siguiendo paso a paso su caminar;
haré el trayecto completo, con lo que el aquí y el ahora me dan;
para que al terminar la odisea pueda gritar si se me da la gana:
que los tropiezos y las victorias de mi vida los merezco por completo;
Que después de Dios y mis padres no haya nadie que pueda decir:
Fue por mi que llegaste hasta aquí.


José Andrés Estrada Castañeda.-

lunes, 9 de febrero de 2009

Me dio pena no tener escrito nada y solo shutear... asi que allí va:

Jamás imaginé que la línea de mi vida daría tantas vueltas,
Convirtiéndose en la indescifrable enredadera que hoy es
A pesar de todo, debo admitirlo… nunca he sido más feliz…
Con tu rostro frente y sobre el mío, dibujando idénticas sonrisas
O sintiendo tus lágrimas correr sobre mi cuerpo en el más puro silencio.

Es tan evidente en este día, que no es cuestión de senos voluptuosos o piernas infinitas, de labios carnosos o de perfectas sonrisas.

Es, sencillamente, observar el reflejo de nuestros ojos que literalmente crecen cuando estamos frente a frente. Como queriendo apreciar de la forma más plena que lo permita nuestra humana existencia, a ese ser tan incomprensible, complicado y extraño que se ha convertido en el más irracional y poderoso argumento, para no detener la rueda.

Y en ese movimiento continuo se torna cada vez más complejo el tejido que conforma esta historia, cuyo final, simplemente no me atrevo a imaginar.